El condicionamiento clásico
- Tomás Lloret
- 21 jul 2023
- 4 Min. de lectura
El condicionamiento clásico, también conocido como condicionamiento pavloviano o aprendizaje por asociación, es una forma de aprendizaje en la que un estímulo neutral adquiere la capacidad de provocar una respuesta debido a su asociación repetida con otro estímulo que ya provoca esa respuesta de manera natural.
Iván Pavlov, un fisiólogo ruso, fue pionero en la investigación del condicionamiento clásico a finales del siglo XIX. Su famoso experimento con perros es un ejemplo opr todos conocido de esta forma de aprendizaje. Pavlov notó que los perros comenzaban a salivar (respuesta natural) cuando veían alimento (estímulo incondicionado). Luego, él emparejó repetidamente el sonido de una campana (estímulo neutral) con la presentación de comida. Con el tiempo, los perros asociaron el sonido de la campana con la comida y salivaban al escuchar la campana, incluso cuando no se les presentó comida directamente. En este proceso, el sonido de la campana se convirtió en un estímulo condicionado capaz de provocar la respuesta condicionada de salivación.

Desde los trabajos de Pavlov, el condicionamiento clásico ha sido estudiado y ampliado por varios teóricos y científicos. Entre ellos, John B. Watson, uno de los fundadores del conductismo, quien aplicó los principios del condicionamiento clásico al estudio del comportamiento humano. Watson llevó a cabo el famoso "experimento del pequeño Albert", donde condicionó el miedo a los ratones en un niño mediante la asociación repetida de la presencia de ratones (estímulo neutro) con un ruido fuerte y aterrador (estímulo incondicionado).

En las décadas posteriores, otros investigadores, como Mary Cover Jones, desarrollaron técnicas basadas en el condicionamiento clásico para tratar fobias y miedos. La técnica de desensibilización sistemática, mencionada anteriormente, es un ejemplo de cómo el condicionamiento clásico se aplica en terapia para reducir la ansiedad y el miedo.
En la actualidad, el condicionamiento clásico sigue siendo relevante en el campo de la psicología y el comportamiento humano. Se ha integrado con otras teorías y modelos explicativos, como el condicionamiento operante de BF Skinner, el aprendizaje social de Albert Bandura o la teoría de procesamiento de la información. Estas teorías ofrecen una comprensión más completa del aprendizaje y el comportamiento humano, combinando aspectos del condicionamiento clásico con otros factores cognitivos, sociales y motivacionales.
Precisamente, las teorías cognitivas enfocadas en los procesos mentales comenzaron a enriquecer nuestra comprensión del condicionamiento clásico. Se reconoció que la asociación entre sentimientos y respuestas no era simplemente una conexión pasiva, sino que involucraba la representación interna de la información en la mente del individuo.
Por ejemplo, el psicólogo Edward C. Tolman propuso una teoría de aprendizaje basada en la idea de "mapas cognitivos". Argumentaba que los organismos, incluidos los humanos y los animales, formaban representaciones cognitivas internas del ambiente y aprenden a asociar estímulos con respuestas en función de estas representaciones.
Esta perspectiva cognitiva enfatiza que el aprendizaje no es solo una respuesta automática a estímulos externos, sino que implica una comprensión y procesamiento activo de la información. En el contexto del condicionamiento clásico, esto implica que el organismo no solo asocia pasivamente estímulos y respuestas, sino que también desarrolla una representación mental de la relación entre ellos.
A partir de esta evolución cognitivista dentro del condicionamiento clásico, entró en escena la duda sobre la importancia o no del conocimiento consciente dentro de este aprendizaje. Se ha demostrado que el condicionamiento clásico puede ocurrir tanto a nivel consciente como inconsciente. Por ejemplo, las respuestas condicionadas pueden ser obtenidas incluso cuando el individuo no está plenamente consciente de la asociación entre estímulos y respuestas. Además, ciertas condiciones pueden facilitar u obstaculizar la formación de estas asociaciones en función del nivel de atención y procesamiento consciente que se otorgue a los estímulos.
Así mismo, aunque gran parte del condicionamiento clásico inicialmente se detectó en respuestas automáticas e involuntarias, los investigadores experimentaron cómo la conciencia y la atención influyeron en este proceso. Esto último se muestra más patente en cuanto a la diferenciación entre estudios con animales y humanos. Las personas tienen la capacidad de participar en procesos cognitivos más complejos, como la anticipación, el razonamiento y la generalización, lo que puede influir en cómo se desarrolla el condicionamiento clásico. Además, las emociones y la conciencia de las respuestas condicionadas pueden diferir entre animales y personas. Aunque ambos pueden formar asociaciones entre sentimientos y respuestas, la naturaleza de estas asociaciones puede variar debido a las diferencias en la cognición y la conciencia.

Para llegar a conclusiones más concretas va a jugar (y ya está jugando) un papel protagonista la neuropsicología. La investigación ha identificado áreas específicas del cerebro, como el cerebelo y la amígdala, que juegan un papel crucial en el condicionamiento clásico. El cerebelo está implicado en la formación y consolidación de las conexiones entre estímulos y respuestas, mientras que la amígdala está asociada con el procesamiento emocional y la adquisición de respuestas condicionadas emocionales, como el miedo.
El estudio neurocientífico también ha revelado que el condicionamiento clásico puede modificar la actividad neuronal y las conexiones sinápticas en el cerebro, lo que sugiere que el aprendizaje por asociación puede tener un sustrato biológico subyacente.
La integración de la investigación neurocientífica nos ha proporcionado una base biológica para comprender cómo se producen y modifican las conexiones entre estímulos y respuestas en el cerebro, convirtiéndose en el presente y futuro de nuestro conocimiento definitivo de cómo funciona este condicionamiento clásico.

En conclusión, el condicionamiento clásico ha demostrado ser una poderosa herramienta para comprender y modificar la conducta tanto en animales como en seres humanos. A través de la asociación de estímulos, podemos adquirir nuevas respuestas y desencadenar reacciones emocionales. Sin embargo, hoy en día, se entiende que el aprendizaje y el comportamiento son fenómenos complejos, influenciados por factores cognitivos, sociales y emocionales. El condicionamiento clásico es solo una pieza del rompecabezas, y su integración con otras teorías nos brinda una comprensión más completa de cómo aprendemos y nos comportamos en el mundo que nos rodea. Además, su aplicación en terapia y en la comprensión de trastornos mentales ha sido fundamental para ayudar a las personas a superar miedos, fobias y otras dificultades emocionales.

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